El concepto, los beneficios y las recomendaciones para el cultivo de la compasión han sido reconocidos en las tradiciones contemplativas desde hace miles de años. En los últimos 30 años, el estudio de la compasión ha revelado que tiene importantes efectos fisiológicos y psicológicos que influyen en el bienestar, abordan las dificultades de salud mental y promueven el comportamiento prosocial. Este artículo esboza un modelo biopsicosocial y multicomponente de la conducta de cuidado y su derivado, la «compasión», que sustenta los nuevos enfoques de la psicoterapia. El documento explora los orígenes de los motivos de cuidado y la naturaleza y las funciones biopsicosociales de la conducta de cuidado-apego. Entre ellas se encuentra la de proporcionar una base segura (fuentes de protección, validación, estímulo y orientación) y un refugio seguro (fuente de alivio y consuelo) para la descendencia, junto con funciones de regulación fisiológica, que también son fundamentales para la terapia centrada en la compasión. En segundo lugar, sugiere que es la forma en que las recientes competencias cognitivas humanas dan lugar a diferentes tipos de «conciencia mental» e «intencionalidad de conocimiento» que transforman los motivos básicos de cuidado en potenciales de compasión. Mientras que podemos cuidar de nuestros jardines y objetos preciados, el concepto de compasión sólo se utiliza para los seres sintientes que pueden «sufrir». Dado que la psicoterapia aborda el sufrimiento mental, cultivar los motivos y las competencias de la compasión hacia uno mismo y hacia los demás puede ser un punto central de la psicoterapia.